Aquí vienen los peques
Después del viaje creo que me hacía falta dormir, y mucho, porque me levanté en la misma posición que me acosté, o eso recuerdo. Quedamos a las ocho y media para desayunar en el hotel aunque con miedo, porque mis compañeras de viaje, que saben más que yo, me avisaron de que la última vez que estuvieron aquí no estaba nada bueno, pero ¡Oh sorpresa! está buenísimo y tiene de todo, salvo leche de vaca. Así que o café a palo seco o con leche de soja. - Llega a buscarnos nuestro conductor y de nuevo hacemos el tetris, porque llevamos las bolsas con los juguetes y cosas para el orfanato que han recopilado las pioneras. Está a unos veinte kilómetros de camino del hotel y vamos en furgoneta. El conductor se llama Sun y es el mismo que nos recogió en Zhengzhou, nos ha confesado que nos trajo a menos velocidad, con la consecuente pitada, porque su mujer le dijo que condujese con cuidado porque llevaba personas importantes a su cargo. . Al llegar al orfanato, donde el carácter del autent