Cuando el hilo rojo no es tan fuerte...
Más de uno habrá leído estos días
la noticia sobre la pareja de Zaragoza que decidió devolver a su hija al poco
de adoptarla en la India el pasado mes de enero. La niña llegó a España en
marzo y lleva 5 meses en un centro de acogida
porque les dijeron que no tenia 7
años, como ellos creían, sino 13. Cuentan las informaciones que se pueden leer
y encontrar que se consideran engañados porque no es lo que ellos
querían/esperaban, pero creo que tal vez estén pensando más en sus propios
intereses que en los de una niña que después de vivir todo el proceso se ha
encontrado con que la familia con la que tanto soñó la rechaza porque, en
teoría, tiene más edad que la que marca su expediente.
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Quizá mi reflexión sea egoísta
porque no entiendo qué lleva a esos padres, que sin duda han esperado con esa
mezcla de ilusión y desesperación la llegada del ansiado hijo, hija en este
caso, a tomar esa decisión. Sí que empatizo mas con esa pequeña de ojos profundos que no entiende por
qué un día a los que ella esperaba llamar papa y mama escribieron una carta a
la Agencia de Adopción tratando a su “hija”, perdón si me extralimito, como un
producto con el que no están satisfechos, vamos como un jersey que no te gusta
y decides descambiar.
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Leo y releo la carta que ha
escrito Maneka Ghandi, ministra de desarrollo de la
Mujer y el Niño en la India y que publica la periodista Sanya Dhingra en su Twitter.
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En ella intenta entender el caso al mismo tiempo que pide que la devuelvan al país: "Es muy desafortunado que una niña adoptada haya sido abandonada en España. He pedido a nuestro embajador en España, D. B. Venkatesh Varma, que la devuelva inmediatamente a la India, donde nos aseguraremos de su reinserción y custodia" y es tras leer esto cuando pienso de nuevo en la niña, que se puede sentir como una apátrida aunque tiene pasaporte español, y que en caso de volver a la India deberá iniciar nuevamente todo el proceso, volver a la casilla de salida y cruzar los dedos para que el destino le de buenas cartas.
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En ella intenta entender el caso al mismo tiempo que pide que la devuelvan al país: "Es muy desafortunado que una niña adoptada haya sido abandonada en España. He pedido a nuestro embajador en España, D. B. Venkatesh Varma, que la devuelva inmediatamente a la India, donde nos aseguraremos de su reinserción y custodia" y es tras leer esto cuando pienso de nuevo en la niña, que se puede sentir como una apátrida aunque tiene pasaporte español, y que en caso de volver a la India deberá iniciar nuevamente todo el proceso, volver a la casilla de salida y cruzar los dedos para que el destino le de buenas cartas.
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"Los padres afirmaron que fueron engañados respecto a la edad real
de la niña, se impulsó el proceso de adopción de la menor dando una información
errónea”. Tras leer esto, las
autoridades de la India quieren a la niña de vuelta y ya dicen que investigaran
al orfanato del que salió porque ya hay varias denuncias e irregularidades pero
el daño, para la menor especialmente, ya está hecho. Si se queda tendrá que
aprender a confiar de nuevo y vivirá con el miedo a que vuelvan a abandonarla.
Si se va es posible que no tenga otra oportunidad y en esos ojos, que imagino
castaños, quedará una sombra de tristeza que tal vez no desaparecerá nunca.
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Asha Miró siempre ha dicho que
ella pedía unos padres y al otro lado del mundo los encontró. En este caso la
ecuación no se ha dado y los padres no parecían estar preparados para serlo.
Tal vez es una afirmación injusta pero cuando quieres tener un hijo, hay que
estar preparado porque lo que viene, no es una muñeca a la que vestir con lazos
y volantes y exhibir ante familia y amigos, es una personita que respira y
tiene sentimientos y que NO, no es un juguete ni algo con lo que ir a la moda.
Gracias por tu post. Totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarGracias a vosotros. Cuando uno conoce el proceso de adopción de cerca, saber de noticias como esta es algo duro y difícil reflexionar sobre algo así.
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