Pasteles espías - 间谍蛋糕
Esta semana tendrá
lugar el festival del Medio Otoño, también conocido como el Festival de la Luna. Un acontecimiento famoso por sus pasteles de formas delicadas y curiosas
y cuyo origen no es tan dulce ni tan inocente como parece.
El consumo de los
pasteles de luna (月饼 - Yuèbǐng) tiene siglos de historia. Todo parece indicar que alcanzaron
popularidad en los últimos años de la dinastía Yuan (siglo XIV) pero más allá
de la celebración parece ser que tuvieron una misión diferente: facilitar el
intercambio de mensajes ocultos en su interior. Algo así como las galletas de
la fortuna, pero relacionado con los asuntos de estado y versión “top secret”.
Los Ming ansiaban
derrocar a los gobernantes mongoles y con ellos a su dinastía. Para ello Zhu
Yuanzhang, un campesino huérfano que pasó a la historia por ser el primer
emperador de la dinastía Ming, ideo junto a su consejero difundir el rumor de
una plaga mortal que se extendía con rapidez entre la población y que solamente
podría ser contenida comiendo pasteles de luna especiales. El rumor se extendió
con velocidad y las distribución de pasteles de luna se multiplicó. En el
interior de las delicias de loto, miel, almendra o dátiles, que se
distribuyeron únicamente entre los Han, iba escondido un mensaje secreto que
llamaba a una revuelta coordinada y perfectamente organizada que se fijó para
el décimo quinto día del octavo mes lunar.
Hay quien fue más
allá e ideó otro código para difundir el mensaje y era el de trazarlo sobre el
pastel a forma de puzzle o mosaico y luego, para poder leerlo, había que cortar
en cuatro partes los cuatro pasteles que venían, por norma general, envasados juntos. Tras el corte los 16 pedazos se ordenaban de forma que se leyese el
mensaje, y tras descifrarlo, debían comérselo para destruirlo.
El pueblo se levantó
unido y coordinado contra los Yuan, que fueron derrotados y el pastel de luna
se convirtió en todo un símbolo para China durante la Celebración del Medio
Otoño.
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