#Coronavirus 2
Les juzgamos y les estigmatizamos. Dejamos aflorar un racismo que llevábamos oculto y les insultamos sin pararnos a pensar que ellos, casi seguro, estaban más asustados que nosotros. Porque mientras el coronavirus empezaba a aparecer como sexta o séptima noticia en los informativos, a veces reduciéndose a un breve que era lo primero que se caía si nos pasábamos de tiempo, ellos vivían con angustia la situación de los familiares y amigos que, a cientos de kilómetros, se enfrentaban al Covid19.
Algunos cerraron sus negocios, se impusieron cuarentenas y vieron cómo sus clientes dejaban de frecuentar sus locales porque, como ya escuché en algún sitio “es un virus de chinos y nos pueden contagiar”. Pues bien, las tornas ahora se han cambiado. Se descubrió en China si, de hecho parece que han localizado al paciente uno, pero el Coronavirus, Covid19 o SARS-CoV-2, como queramos denominarlo no se quedó quieto y llegó a Italia, a Francia, a Alemania, a España. Se fue moviendo y no creo que ningún chino trotamundos, o varios, sean los responsables de su proliferación o puede que si, ¿quién sabe?
Ahora el coronavirus, que con su forma redondita y sus diferentes proteínas rodeándola se parece a las bacterias de un anuncio de desinfectante de inodoros, nos toca de cerca.
El virus ha viajado casi 10.000 kilómetros y tras hacer estragos en Italia ahora campa a sus anchas en Madrid, en Gasteiz, o en Haro y no
olvidemos Igualada, que junto a Vilanova del Camí, Santa Margarida de Montbui y Òdena se han convertido en las primeras localidades confinadas por la Pandemia. Y mientras desde el gobierno se decreta la alerta nacional, los niños no tendrán clase las próximas dos semanas a la par que los abuelos, muchos de ellos pertenecientes a los grupos de riesgo, cuidaran de ellos porque no todo el mundo puede acceder al tele trabajo.
El virus ha viajado casi 10.000 kilómetros y tras hacer estragos en Italia ahora campa a sus anchas en Madrid, en Gasteiz, o en Haro y no
olvidemos Igualada, que junto a Vilanova del Camí, Santa Margarida de Montbui y Òdena se han convertido en las primeras localidades confinadas por la Pandemia. Y mientras desde el gobierno se decreta la alerta nacional, los niños no tendrán clase las próximas dos semanas a la par que los abuelos, muchos de ellos pertenecientes a los grupos de riesgo, cuidaran de ellos porque no todo el mundo puede acceder al tele trabajo.
Hace tan sólo un par de semanas tachábamos al gobierno chino de extremista imponer unas duras medidas para superar la crisis del coronavirus cerrando ciudades, clausurando eventos o limitando movimientos, ahora mientras los nuevos casos se disparan ellos han superado el pico de contagios y el último hospital abierto en Wuhan para tratar la epidemia ya ha cerrado, el jefe del equipo médico de expertos del coronavirus dice que si muchos países actúan como China, el Covid19 habrá sido derrotado para el próximo mes de junio. Y mientras toca seguir con el lavado de manos, que por otro lado nunca debe dejarse, evitar besos y abrazos, toser en el codo, no ir a sitios concurridos… en definitiva quedarse en casa.
¿Y qué hacen los chinos ante el brote que nos afecta ahora a nosotros? Pues ayudarnos y hacerlo gratis. Para muestra el 1.800mil mascarillas y 100.000 kits de detección de coronavirus que el magnate de Alibaba, Jack Ma, ha donado a Europa, o la mascarilla que mi china de confianza me regaló ayer porque cree que hablo con mucha gente todos los días.
Ante esto, y con la mascarilla ya preparada en la mochila me sumo al hastag #quedateencasa, al menos mientras no toque trabajar.
Ante esto, y con la mascarilla ya preparada en la mochila me sumo al hastag #quedateencasa, al menos mientras no toque trabajar.
Por cierto: 谢谢中国
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