Lo que ocultan los neones de Nanjing Road

Ya he hablado en más de una ocasión de Nanjing Road, la calle de los neones y luminosos más famosa y conocida de todo Shanghai. Con su kilómetro largo de recorrido deslumbra al turista, tanto si la ve por televisión como si la visita in situ y esos neones, a veces no le dejan fijarse en los detalles.
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Pese a que Nanjing está lleno de detalles, entre ellos las dos estatuas que parecen hacer un homenaje a la maternidad, reservo mis opiniones sobre la maternidad en China para más adelante pero enuncio la idea de "Mama Valiente", hay que saber mirar más allá. En esa pequeña calle que se mete discreta por la derecha detrás de un luminoso o saber seguir al hombre que recoge botellas o plásticos de las papeleras y que a veces te ronda hasta que terminas tu bebida para que le des la botella. Hacer eso y ser un valiente te lleva a descubrir lo que los neones no te dejan ver.
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Este miércoles había clase, claro está, y fuimos comprobando que la lluvia se había ido. Después de las clases fuimos a comer de nuevo al comedor de la universidad y repetimos con la sopa de verduras y un poco de fideo.
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Después de comer volvimos a la oficina donde se iba a tramitar el visado de Mikel e Irantzu, pero como no hay dos sin tres se determinó que al día siguiente tendríamos que volver. El caso es que como teníamos toda la tarde por delante decidimos ir a Nanjing Road, pero fuimos Irantzu y yo solas porque Carmen y Mikel y Zoi, que nos acompañó, querían dormir.
El caso es que allí nos plantamos en Nanjing y en una de estas vimos una calle y claro, por allí nos metimos, a la aventura.
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Esto es sólo un resumen de lo que encontramos, hemos obviado el supermercado DIA, donde Irantzu se compró Nocilla de marca blanca.
Al volver a Nanjin Road fuimos a Zara, donde Irantzu se compró algo de ropa y a Li Ning, la tienda de la marca deportiva china que toma su nombre del atleta Li Ning, el mismo que encendió la antorcha olímpica en Beijing 2008.
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Carmen nos llamó desde la residencia diciendonos que había entrado en Derecho, en la carrera que ella quería y le compramos una tarta de nata de Hello Kitty para celebrarlo. Nos escondimos en la habitación con las luces alagadas y cuando entró: ¡¡¡¡SORPRESA!!!!! Esa, fue nuestra cena, que algunos aderezaron con el bote de Nocilla.
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