We Love Maxi
Si os conté que mis Hánzí progresaban adecuadamente, este martes conseguí jugar al Tabú, o lo que es lo mismo descifrar las pistas de mi nuevo compañero de clase, un coreano que sólo habla en su idioma y en chino y que cuando no le entiendo me dibuja, cual pictionary lo que me quiere decir.
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Los Hànzi que se dispone a borrar Laoshi Ann, para que pase el siguiente, son los míos.
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Debo contaros que el martes si que llovió aquí en Shanghai pero menos mal que llevo siempre en la mochila el (paraguas - 雨伞- yu san) que me compré en el supermercado de la residencia por el módico precio de 20 RMB, veasé unos dos euros y poco al cambio.
Volviendo al tema de la lluvia, este era el aspecto que presentaba el pasillo de la universidad la mañana del martes.
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Mi paraguas es el primero, el marrón de la esquinita de abajo y lo cierto es que, toquemos madera, por el momento no se ha roto ni ha fallado en su cometido, ya que al menos dos veces tres personas han huido de la lluvia gracias a él.
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Los martes toca caligrafía y antes de ir a clase con los deberes hechos dispuesta a recordar las palabras del laoshi de (shu fa - 书法 - caligrafía) : "No separes en ningún momento el pincel del papel'. Bueno, pues que antes de ir a sus clases fuimos a comer al restaurante de la universidad y me decanté por una sopa de verduras. Verduras que yo misma escojo para que me las hagan a la plancha 0% materia grasa.
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Ya después de clase de caligrafía y de ver cómo los nenúfares han florecido en la universidad, nos fuimos a buscar a
Mikel e Irantzu, que como se quedan una semana más en China, se van a
Beijing, tienen que renovar papeles del visado. Y ¿qué había junto a la
estación del metro?????? Un mercado de falsificaciones,
¡¡¡¡¡Bieeeeen!!!!!!.
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La idea del regateo estaba clara. El método, a priori, es sencillo. Te dan una cantidad, te informan de que te harán rebaja y que aceptan el regateo y te entregan una calculadora para que les des tu oferta.
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No nos fue del todo mal. Con la ayuda de Maxi conseguimos unas zapatillas para Mikel por 400 yuanes, le pedía casi el doble. Tres camisetas de I Love Shanghai, una para cada una por 90 RMB las tres, una de la estrella de Mao conseguimos bajarla de 90 a 25. Tres pares de auriculares como los de la foto por 145 yuanes cada uno y unos más grandes por 18o, y una pulsera de jade por la que me pedían 390 me la llevé por 190.
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Cuando regateas te ponen cara de lastima o te preguntan si estás loco, pero lo cierto es que si te vas y te sigue es que aun están dispuestos a rebajar un poco más. O puede que no... ¿quién sabe?.
El caso es que la cosa fue muy bien y hemos decidido que antes de volver a casa tendremos que pasarnos de nuevo por aquí porque la gente quiere bolsos... y no señalo a nadie.
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Después de comprar Maxi nos llevó a cenar a un sitio estupendo donde toda la comida es asiática, entiendase china, tai, japonesa.... Eliges lo que quieres mirando unas reproducciones en plástico de lo que vas a comer, y luego te dan un disco rojo con tu numero de pedido y cuando el disco se pone violeta... ¡¡¡Es hora de comer!!!
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Antes de volver a casa, un templo de noche.
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