Cuando el objetivo eres tú, entre los neones de Nanjing Road

Después de comer Min Tao y mancharme la camisa, era blanca y quedó con motitas del caldito, fuimos a la habitación con planes para prepararnos y salir a la aventura. Hemos hecho un amigo, bueno varios, pero Andi es genial, porque además de ser un tío majo nos sirve de guía, traductor y nos ayuda a distinguir qué es auténtico y qué una falsificación. Y es que con sólo ver las puntadas y remates de un bolso puede decirte si es un Burberry auténtico o no, como nos ha pasado en el metro. Y sólo con un vistazo rápido te cuenta si los zapatos que lleva la dueña del citado bolso son de Salvatore Ferragamo.
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El caso es que después de pasar por las habitaciones, darnos un agua porque sudamos más de lo que uno pueda esperar y cambiarnos de camisa, no quería pasear por Shanghai con una camisa blanca de diseño moteado, salimos de la residencia y al pasar por al lado del auditorio que hay a la entrada de la universidad estaban preparando todo para celebrar un casting de 'THE VOICE. China', lo que en Tele 5 parece que va a contar con la presencia de David Bisbal y allí nos inmortalizamos botella de agua en mano, que es muy importante, porque sin agua en esta ciudad no se puede vivir. Es salir del micro clima de 23º-24º de tu habitación y notar como la nota de sudor se te forma en lo alto del cuello y comienza a deslizarse incómodamente por tu espalda. Tal es esa sensación de calor que tu ropa se pega al cuerpo como una lapa dando la sensación en el caso del trasero, en el que piensas que el cerco de sudor se te nota en ese lugar en el que acaba la espalda.
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Dejando de lado las glándulas sudoríparas, ya tendremos tiempo de retomarlas, nos fuimos al metro, 地铁 - houche, y gracias a Andi supimos que existe un bono de 100 yuanes, unos 8 euros que vale para todo: metro, bus, taxi, y que te va descontando según lo usas. En nuestro camino a la estación nos topamos con la construcción de este macro centro comercial y bajo los andamios, a la entrada de la estación, unos vendedores de uvas, 葡萄 - putao.
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De la Universidad al metro habrá unos 7  u 8 minutos andando, y para entonces nuestra ropa ya estaba preparada para ser retorcida y chorrear sudor, pero el metro, en Shanghai, es otro micro clima.
Como íbamos a Nanjing Road, intentamos localizar unas galerías comerciales constituidas a modo de mercado subterráneo evocando la antigua Shanghai. Lo encontramos y allí varias curiosidades.
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Había muchas tiendas temáticas, como la de ASTROBOY, ONE PIECE o incluso un fotomatón chino, al que volveremos a hacernos unas fotos, en el que sonaba en bucle, la versión china o japonesa de un tema de Cyndi Lauper.

Además de escuchar este tema recorrimos tiendas y puestitos. Entre las tiendas destacó, porque volveremos esa en la que tienen camisetas para parejas, en femenino y masculino, las del mostrador eran sandía y fresa, pero había muchas más en una tienda a la que volveremos.
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Luego están las lentillas de colores que hacen que los ojos de los asiáticos se asemejen más a los de los europeos, los peluches de Kitty o Stich y las fundas para el I-phone, que nunca piensas que existen hasta que llegas a China y las ves llenas de piedritas e incrustaciones.
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Tranquilos que no me compré ninguna. Primero porque no me gustaron y segundo porque eran un poquito feas y exageradas.. ¿Dónde voy yo con algo tan grande y lleno de incrustaciones?.
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Después de recorrer el mercado, salimos a la superficie. El objetivo era Nanjing Road, pero primero hicimos parada en la entrada del Museo de Shanghai, que naturalmente visitaremos, porque 7 plantas, de arte e historia merecen la pena.
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Para esas horas rondábamos los 35º y como se aprecia en la fotografía lo de atrás es una fuente donde los más peques buscan refrescarse.
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Y finalmente llegamos a Nanjing Road. La calle de los luminosos y los neones. Donde las señoras mayores bailan en la calle, donde los hombres que no soportan el calor se suben la camiseta y se la ponen a modo de top y donde, no hemos de olvidar, circula un tren a su bola con una bocina ridícula con la que te dice que pese a moverse a su antojo por donde le da la gana "Si no te quitas, no haré nada para evitar atropellarte".

Una de las cosas de las que nos dimos cuenta en Nanjing Road fue la de que, sin saberlo, nos estábamos transformando en las estrellas del momento porque había gente que nos sacaba fotos a nosotros. Y que hacía lo posible por fingir cualquier pose o forzar fotos absurdas siempre y cuando apareciésemos en la foto, Uno de ellos fue este señor, que finalmente nos dio las gracias por posar para él.
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El nos hacía fotos a nosotros y yo me encontré con las caritas de decenas de niños y niñas y no pude resistirme a fotografiarles, un ejemplo es este machote que me hizo el toro en la tienda de ropa a la que entramos a fisgar, que no ha comprar.
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Sólo llevo tres días en este país, pero estoy segura de que cuando vuelva tendré un book sólo de niños, porque lo cierto es que me fascinan y muchos me recuerdan a Mei Mei.
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Cuando salimos de la tienda decidimos ir a cenar, porque aquí se cena muy pronto, antes de las 20.00 porque sin no puedes encontrarte todo cerrado o tener dificultades para cenar. Nos tocaba un japonés y cenamos ramen de pato.
Ahora es cuando mi madre ve la foto y se pregunta ¿Te comiste todo el perolo? La respuesta es no. Primero porque mucho es caldo y segundo porque ponen unas raciones enormes y espero perder algún kilo no ganarlo.
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Y a la salida del restaurante, cuando íbamos a la boca del metro y ya era completamente de noche, Nanjing Road brilló para nosotros.


Comentarios

  1. ¡Qué bonito parece todo! Y qué paz transmite la gente, al menos en las fotos. Lo que daría por probar un poco del perolo ese, ¡me encanta la comida asiática y también la japonesa! Que lo disfrutes!! Un beso! :)

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